En el preescolar, teniendo en cuenta que el proceso neurológico de un niño se complementa con el desarrollo psicomotor que es la base del edificio para que haya aprendizaje, el niño se concibe como un SER con potencialidades y se estimula el desarrollo desde la motricidad básica, motricidad gruesa, motricidad fina, lo sensorial, las habilidades cognitivas, las habilidades lingüísticas, habilidades de independencia y autonomía en actividades básicas cotidianas.

En ese sentido, la propuesta pedagógica está centrada en enseñanza para la comprensión y un aprendizaje significativo que se da partir del descubrimiento. Esta propuesta vincula las etapas del desarrollo, la estimulación de todas las dimensiones del ser y un currículo emergente que promueve el interés de los niños.

En el Ciclo I, nos destacamos por brindar un acompañamiento constante a nuestros estudiantes en su desarrollo cognitivo, motor y emocional. Además de los docentes especializados en cada asignatura, contamos con profesionales en fonoaudiología, terapia ocupacional y orientación escolar, quienes colaboran en la observación, acompañamiento y refuerzo del crecimiento integral de los estudiantes en estas áreas fundamentales.

Nuestra propuesta pedagógica se caracteriza por ser transversal, lo que se traduce en un proceso significativo que se materializa en los proyectos de síntesis. Estos proyectos representan la culminación de cada unidad, donde se celebra el logro de comprensiones profundas. Durante este espacio, los estudiantes comparten los procesos de investigación, construcción e indagación que los condujeron a diseñar prototipos, resolver preguntas o problemas, y poner a prueba modelos. La secuencialidad, la gradualidad y la profundidad son pilares fundamentales en el marco pedagógico de estos ciclos.

En esta Etapa de la preadolescencia, que comprende los grados 5 a 8, nuestros estudiantes muestran un notable crecimiento tanto físico como emocional. Experimentan cambios significativos en su desarrollo cognitivo, social y afectivo, lo que los lleva a explorar y cuestionar el mundo que los rodea con mayor profundidad.

Desde el punto de vista académico, los estudiantes de estos grados muestran una creciente capacidad para pensar críticamente, resolver problemas de manera independiente y expresar sus ideas de manera más articulada. Además, están en un momento clave para consolidar habilidades de estudio y autonomía en el aprendizaje.

En el aspecto social, los estudiantes comienzan a establecer relaciones más complejas con sus pares, explorando su identidad individual y su lugar en el grupo. También pueden experimentar cambios emocionales y de comportamiento a medida que navegan por la transición hacia la adolescencia.

Es fundamental reconocer y apoyar el desarrollo integral de nuestros estudiantes en esta etapa, brindando un ambiente de aprendizaje seguro, inclusivo y estimulante que les permita explorar su potencial y enfrentar los desafíos propios de esta fase de transición hacia la adultez.

En nuestros grados 8 a 11, ofrecemos a nuestros estudiantes una amplia gama de recursos y oportunidades diseñadas para orientarlos en su camino hacia la educación superior y la toma de decisiones vocacionales. A través de convenios establecidos con diversas universidades y centros educativos.

Además, implementamos encuestas vocacionales y evaluaciones de intereses profesionales que ayudan a nuestros estudiantes a identificar sus fortalezas, intereses y aspiraciones profesionales. Estas herramientas les proporcionan una visión más clara de las áreas académicas y profesionales que podrían alinear con sus habilidades y metas personales.

A través de estas iniciativas, nuestro objetivo es brindar a nuestros estudiantes el apoyo y la orientación necesarios para que tomen decisiones informadas sobre su futuro educativo y profesional, y se preparen de manera integral para enfrentar los desafíos y oportunidades que les esperan más allá de la escuela secundaria.»